Culmina con éxito el seguimiento satelital de 23 ballenas francas en el Atlántico Sur

Culmina con éxito el seguimiento satelital de 23 ballenas francas en el Atlántico Sur 1170 798 Siguiendo Ballenas
  • El proyecto “Siguiendo Ballenas” es el resultado del trabajo colaborativo de instituciones académicas, gubernamentales y de la sociedad civil de Argentina, Brasil y Estados Unidos.
  • En su quinta temporada, se monitorearon satelitalmente los viajes de alimentación de 23 ballenas francas australes que reproducen en los golfos norpatagónicos.
  • Durante casi 8 meses, el seguimiento permitió localizar ambientes clave del Atlántico Sur para el ciclo de vida de la especie y generar información relevante para su conservación.
Tigresa y su cría. De las 23 ballenas instrumentadas en 2019 fue la madre que alcanzó latitudes más australes y su transmisor fue el que emitió señales por más tiempo (215 días de seguimiento, en los que Tigresa recorrió 13.607 km). Foto: Matías Di Martino.

Durante más de 200 días, un equipo de investigadores monitoreó los viajes de 23 ballenas francas equipadas con transmisores satelitales en septiembre de 2019 en las aguas de la Península Valdés, Chubut, Argentina. Sus movimientos dentro del Golfo Nuevo y los mapas de seguimiento por el Atlántico Sudoccidental están disponibles en www.siguiendoballenas.org.

Esta información, integrada a variables oceanográficas, permite caracterizar los sitios clave para la supervivencia de esta especie y remarcar la importancia que las áreas marinas protegidas tienen para conservar la biodiversidad. Además, resulta un insumo valioso para recomendar regulaciones de actividades humanas (pesqueras, petroleras y de transporte naviero) con potencial impacto sobre estos grandes cetáceos y otras especies marinas.

A lo largo de sus travesías, las ballenas francas recorrieron la plataforma continental, el talud y la cuenca oceánica Atlántica frente a Patagonia. Algunos individuos transitaron o permanecieron por más tiempo en áreas relevantes por su productividad o características oceanográficas, como el frente de Valdés, el frente del talud, la ecorregión de las Islas Malvinas, el área marina protegida “Namuncurá – Banco Burdwood”, y el denominado “Agujero Azul”, un sector situado frente al Golfo San Jorge, sobre la plataforma y fuera de la zona económica exclusiva de Argentina.

El ciclo 2019-2020 fue la quinta edición de este proyecto. Como en años anteriores, se registró el desplazamiento de algunas ballenas hasta las gélidas aguas antárticas del Mar de Weddell. En esta temporada, dos individuos solitarios alcanzaron el paralelo 64°S y se alimentaron al sur del arco de las Antillas Australes. En muchos casos, las ballenas atravesaron las zonas económicas exclusivas de diferentes países y las aguas internacionales adyacentes, reforzando la necesidad de coordinar esfuerzos a nivel regional para su conservación.

Izquierda: Recorrido de Misterio, un individuo juvenil, en 200 días de seguimiento (18.860 km). Derecha: Recorrido de Paciencia, una madre con cría, en 190 días de seguimiento (17.663 km). Cartografías: Santiago Fernández.

TECNOLOGÍA PARA CONSERVAR

Los dispositivos colocados a las ballenas dejan de enviar datos cuando se desprenden o se agotan sus baterías, y no afectan la salud ni el comportamiento de los animales. Los avances tecnológicos incorporados a los aparatos satelitales usados en esta temporada permitieron incrementar su tiempo de permanencia. El progreso técnico genera más y mejor información para contribuir al conocimiento de las ballenas francas de Patagonia y de otras partes del mundo, y puede ser aplicado al seguimiento remoto de otras especies de cetáceos.

En esta oportunidad, no pudo registrarse el ciclo completo de migración desde el área de cría hacia las zonas de alimentación y el regreso a las aguas de Valdés, como sucedió con una ballena marcada en 2014. Sin embargo, algunos transmisores emitieron señales de localización por más de 200 días, mostrando gran parte de los recorridos migratorios de varios individuos.

Los resultados del seguimiento satelital del presente estudio, los obtenidos en años anteriores y los que resulten de relevamientos futuros, serán claves para el manejo y la conservación de esta especie emblemática.

El proyecto “Siguiendo Ballenas”, que surge como recomendación de la Comisión Ballenera Internacional para la conservación de la ballena franca austral, es posible gracias a la articulación de esfuerzos entre instituciones de varios países. Entre ellas: Laboratorio de Mamíferos Marinos – CESIMAR-CONICET, CIMAS-CONICET, ESCiMar – Universidad Nacional del Comahue, Fundación Patagonia Natural, Instituto Aqualie, Instituto de Conservación de Ballenas, Marine Ecology and Telemetry Research, National Oceanic and Atmospheric Administration, Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, University of California Davis – Wildlife Health Center y WCS Argentina.

 

CONTACTO DE PRENSA:

Florencia Lemoine, +54 9 11 33171923 / flemoine@wcs.org