Desde mediados de diciembre, Niquel tomó rumbo noreste sobre el talud continental. Al llegar a la latitud de Península Valdés, pero en la cuenca oceánica, comenzó a trazar un círculo casi perfecto en sentido horario. Posiblemente se encuentra alimentándose en un eddy, corriente circular de agua ascendente que traslada nutrientes desde las profundidades.

Cuando el equipo de seguimiento se alistaba para buscar a Niquel una vez más en el Golfo Nuevo, esta ballena comenzó su viaje migratorio. Dejó las aguas tranquilas del área reproductiva el 7 de noviembre, 59 días después de ser instrumentada. Luego de su partida, navegó rumbo sureste llegando a los límites del Agujero Azul.

Niquel y su activa cría llevan 54 días de seguimiento en el Golfo Nuevo. La última vez que el equipo de seguimiento estuvo durante más de una hora con estas ballenas, la cría realizó más de 20 saltos mientras su madre realizaba inmersiones de 10 minutos de duración. La performance de la cría no solo llamó la atención de los investigadores, sino también de una de las embarcaciones de avistaje que salen de Puerto Pirámides para regocijo de los visitantes que festejaron con aplausos sus acrobacias.

Luego de pasar varios días recorriendo las aguas costeras, del norte al oeste del golfo, Niquel y su cría se trasladaron a sectores más profundos. Esta transición es usual en las madres con cría a medida que avanza la temporada.