El dispositivo de Diana dejó de transmitir el pasado 23 de enero, luego de 121 días, cuando madre y cría navegaban con rumbo sur. Diana recorrió más de 5.000 kilómetros desde que abandonó el Golfo Nuevo el 16 de noviembre. Mientras la seguimos en el océano profundo hizo uso frecuente de las corrientes marinas circulares para alimentarse.

Diana describió un círculo casi perfecto copiando un gran giro anticiclónico (antihorario) de corrientes presente en la zona. En los contornos de estos remolinos marinos se produce la mezcla de las aguas adyacentes, conocido como “mezcla lateral” por los oceanógrafos, que concentra nutrientes en superficie y favorece el crecimiento poblacional de los pequeños crustáceos que son alimento de las ballenas.

Diana lleva 108 días transmitiendo. En esta última semana, navegó con su cría hacia el noreste para luego detenerse en el sector de la cuenca oceánica en el que también se encuentra Legal.

Diana y su cría se trasladaron hacia el noroeste hasta llegar al talud continental, y de allí hasta la latitud del norte de Península Valdés, siempre en las aguas profundas de la cuenca oceánica. Luego rotaron al sur, y en este momento se encuentran tan sólo a unos 14 kilómetros de distancia de Cebollita y su cría.

Durante esta semana Diana y su cría realizaron un pequeño círculo en sentido antihorario para luego seguir con rumbo noroeste. Veremos si en los próximos días encuentran alimento en estas aguas profundas o siguen trasladándose.

Diana y su cría, al igual que Afuerita, encontraron un punto clave en la cuenca oceánica. Durante esta semana, se movieron dentro de un área menor a los 3000 kilómetros cuadrados.

La indecisa Diana navega ahora contracorriente hacia el sur. Durante unos pocos días se trasladó hacia el noreste, pero luego cambió el rumbo para dirigirse al área donde se alimentan otras madres en las aguas profundas próximas al Agujero Azul.

Durante estos días, madre y cría navegaron hacia el noreste realizando un recorrido similar al de Afuerita la semana pasada. Diana parece estar utilizando estas corrientes de agua circulares para encontrar zonas con “alimento de ballena”.

Esta madre y su cría empezaron la navegar hacia el este, y luego de cuatro días parece que Diana encontró un área donde alimentarse. Las madres buscan recuperar peso rápidamente luego del ayuno prolongado de los meses de permanencia en los golfos de Valdés.

Luego de permanecer una semana próximas a la costa norte de la boca del golfo, entre Punta Cormoranes y Morro Nuevo, Diana y su cría se encuentran ya navegando en mar abierto. Tal vez hayan comenzado la migración hacia las zonas de alimentación.

Diana y su cría abandonaron el Golfo Nuevo, navegaron la costa sur de Península Valdés y llegaron hasta Punta Delgada. Luego esta madre decidió regresar a las aguas protegidas del golfo.

Diana parecía salir del Golfo Nuevo, pero cambió de idea y regresó al área de Puerto Pirámides. Fue avistada por el equipo de seguimiento hace un par de días atrás. Se trata de una hembra de aproximadamente 16 metros de largo. Su cría, como el promedio de los cachorros, habrá alcanzado los 5 metros al nacimiento. En estas semanas de lactancia, crecerá rápidamente ganando tamaño y fuerza para emprender la migración.

Continúa recorriendo el Golfo Nuevo. El 18 de octubre el equipo de seguimiento que monitorea a estas ballenas desde embarcaciones observó a esta madre con su cría que se desplazaban tranquilamente. No había evidencia de reacción alguna al dispositivo satelital que Diana porta y que se desprenderá en poco tiempo.

Diana, acompañada por su cría, permaneció en las inmediaciones de Puerto Pirámides y ahora se encuentra en aguas más profundas del Golfo Nuevo, en la zona de rada de Puerto Madryn. Cabe destacar que en estos últimos meses, en los días de fuertes vientos, más de 80 barcos pesqueros comerciales se refugiaron del temporal en esta zona del golfo. Es sumamente importante que los capitanes de los barcos que navegan el Golfo Nuevo sepan de la presencia de ballenas en esta época.