Recuperamos la señal del dispositivo de Tigresa hace 20 días, pero el 24 de abril se agotó la batería de su transmisor satelital. Madre y cría se encontraban sobre el Área Marina Protegida Namuncurá-Banco Burdwood. La concentración de puntos sobre la margen sur del banco indica que probablemente se estaban alimentando. Tigresa marcó varios récords: permaneció 69 días en el Golfo Nuevo luego del marcado y fue la última de las 23 ballenas instrumentadas en 2019 en dejar las aguas de Península Valdés. Fue además la madre que alcanzó latitudes más australes y su satelital el último en dejar de transmitir. Esperamos verla nuevamente cuando arribe al área de Valdés a destetar a su cría.

Tigresa continuó navegando por el Mar de Scotia con rumbo constante, salvo por un leve desvío y una desaceleración que sugieren que madre y cría posiblemente encontraron un parche de alimento. Al momento se encuentran en el extremo sudeste de la meseta sumergida Namuncurá – Banco Burdwood cuya ladera sur representa el talud mismo de la plataforma austral. Los fondos marinos del banco presentan jardines de esponjas, corales de aguas frías y son ricos en endemismos (especies que sólo están presentes aquí). A mitad de marzo Misterio arribaba al mismo sector oceánico donde permaneció unos días alimentándose.

Al día siguiente de recuperar conexión, Tigresa se encontraba casi equidistante de las Islas Orcadas y las Georgias del Sur. Desde esta posición Tigresa comenzó a desplazarse por el Mar de Scotia hacia el oeste a una velocidad aproximada de 100 kilómetros por día y en contra de la corriente circumpolar antártica. De continuar con este rumbo, madre y cría alcanzarán en poco tiempo el sector marino de la meseta sumergida Namuncurá – Banco Burdwood.

Recuperamos la señal del dispositivo implantado enTigresa! Luego de 45 días, el 5 de abril de 2020, el satelital de Tigresa volvió a transmitir. Según las últimas posiciones recibidas a fines de febrero madre y cría parecían dirigirse hacia Península Antártica cuando les perdimos el rastro. Actualmente se encuentran en aguas del Mar de Scotia, a unos 400 kilómetros al noreste de las Islas Orcadas.

Luego de 151 días de transmisión, perdimos conexión con Tigresa cuando alcanzó el paralelo 52° S y parecía dirigirse hacia a la Isla Elefante, la más septentrional de las Islas Shetland del Sur. Esta madre permaneció con su cría por casi 70 días en las aguas del Golfo Nuevo, recorrió la plataforma hacia el sur, cruzó el talud y por semanas exploró la cuenca oceánica. A fines de enero comenzó su claro viaje hacia mares subantárticos donde hace unos días perdimos su rastro.

Tigresa y su cría navegan con rumbo sur, con breves paradas durante su trayecto. Se encuentran ahora en el Mar de Scotia y, habiendo alcanzado el paralelo 56° S, representan el par madre-cría de posición más austral.

Luego de un escaso desplazamiento, Tigresa y su cría continúan alimentándose al este de Islas Malvinas. ¿Seguirán las hembras con cría sus viajes hacia mares subantárticos o permanecerán en latitudes patagónicas?

Luego de trasladarse con rumbo sur unos 450 kilómetros, Tigresa y su cría se detuvieron para alimentarse al noreste de las Islas Malvinas.

Madre y cría navegan por la cuenca oceánica hacia el suroeste. Durante este período han recorrido 722 kilómetros. ¿Seguirán su viaje hacia el sur o regresarán a las aguas menos profundas de la plataforma continental patagónica?

La incansable Tigresa parece haber encontrado un buen sector del Atlántico donde alimentarse. Junto a su cría han permanecido más de 7 días en un área reducida de la cuenca oceánica a la latitud del sur de la provincia de Buenos Aires.

Tigresa y su cría no descansan! Siguen trasladándose, esta vez hacia el norte. La cría de Tigresa tiene más de 5 meses de vida (el primer reporte de avistaje es del 30 de julio de 2019) dato que conocemos gracias a distintos proyectos que estudian ballenas francas en los golfos de Península Valdés.

Tigresa y su cría recorrieron un gran círculo en sentido horario, realizando algunas cortas paradas de alimentación. Esta madre es muy viajera, todavía no ha permanecido en un mismo sector por días tal como han hecho el resto de las hembras con cría.

Sigue dando vueltas… Durante esta semana Tigresa y su cría se trasladaron hacia el noreste y se detuvieron en un sector de la cuenca oceánica por dos días. Luego siguieron su derrotero circular hacia el norte y ahora hacia el suroeste.

Tigresa continúa trasladándose, aún no encontró una buena zona en donde permanecer para alimentarse y descansar. Durante esta semana madre y cría navegaron unos 450 kilómetros hacia el noreste.

Por un breve período Tigresa se mantuvo a mitad de la plataforma continental navegando hacia el sur. Luego inició una larga travesía hacia el este recorriendo en 7 días unos 850 kilómetros. Hoy madre y cría se encuentran en las profundas aguas de la cuenca Atlántica.

Tigresa fue la última ballena instrumentada en abandonar el Golfo Nuevo. Madre y cría partieron el 1ro de diciembre navegando hacia el sur unos 380 kilómetros. Ahora sin ballenas en el área de Valdés, los investigadores del equipo de seguimiento tendrán más tiempo para analizar todos los datos reunidos durante tres meses de avistajes.

Luego de varios días frente a Puerto Pirámides, donde fueron avistados por turistas, Tigresa y su cría se encuentran hoy en la costa sur del Golfo Nuevo, cerca ya de la boca del golfo. El equipo de seguimiento las observó descansando en el área de Bahía Craker.

Tigresa y su cría se desplazaron desde Punta Cormoranes, bordeando la costa norte, hacia Punta Este en el margen sur del Golfo Nuevo, no lejos de Puerto Madryn. En estos días se encuentran nuevamente cerca del istmo que conecta Península Valdés con el continente.

La enorme madre junto a su cría siguen recorriendo las aguas profundas del Golfo Nuevo, haciendo algunas visitas a las zonas costeras más reparadas de los vientos. A la fecha, Tigresa se encuentra a sólo 5 kilómetros de distancia de Paciencia, no lejos de la boca del golfo.

Continúa en el Golfo Nuevo y fue observada dos días atrás por el equipo de seguimiento. Uno de los principales problemas de manejo en la zona son los ataques de gaviotas a ballenas para alimentarse de su piel y su grasa. El impacto de esta interacción se manifiesta en la interrupción temporaria de la lactancia. Para controlar el crecimiento de la población de gaviotas se trata de reducir la oferta de alimento para estas aves en los basurales a cielo abierto.

Tigresa con su cría se trasladan desde las aguas costeras a las más profundas, sin salir del Golfo Nuevo. Al parecer las ballenas no se muestran afectadas por los sonidos de la gran cantidad de barcos que navegan en el golfo.

Tigresa es una hembra adulta que porta un dispositivo satelital desde el 22 de septiembre. Ha recorrido con su cría distintas áreas del Golfo Nuevo, de Pirámides hacia el Doradillo, luego a la costa sur. Desde alli cruza el golfo hacia la boca, pero regresa al área de Pirámides y se aproxima a la costa del istmo peninsular.