Foto: Belén Etchegaray
Ballenas Monitoreadas
En septiembre de 2019 equipamos 23 ballenas francas australes con transmisores satelitales y monitoreamos sus rutas migratorias desde el Golfo Nuevo de la Península Valdés hacia el Atlántico sudoccidental. De acuerdo con la duración de la transmisión de señales, los recorridos fueron desde pocos días (Robustito: 13 días) hasta varios meses (Afuerita: 211 días) y desde cientos de kilómetros (Campeona: 432 km) hasta varios miles (Fiesta: 19.924 km).
Desplazamientos dentro del Golfo Nuevo
El Golfo Nuevo es un hábitat de importancia crítica para las ballenas francas durante la época de cría, entre los meses de mayo y diciembre. A lo largo de la temporada las ballenas hacen un desplazamiento general de oeste a este. Como muestran los recorridos registrados en 2019, la mitad norte del golfo es el área de mayor densidad. En particular, las madres y sus crías recién nacidas prefieren las zonas costeras cercanas a playas de suaves pendientes, mientras que adultos y juveniles usan aguas más profundas.
Uso del Atlántico Sudoccidental
Los siguientes mapas resaltan la importancia que todo el Mar Argentino, el Atlántico Sudoccidental y las aguas subantárticas tienen para las ballenas francas australes.
A lo largo de sus travesías, recorrieron la plataforma continental, el talud y la cuenca oceánica Atlántica frente a Patagonia. Algunos individuos transitaron o permanecieron por más tiempo en áreas relevantes por su productividad o características oceanográficas, como el frente de Valdés, el frente del talud, la ecorregión de las Islas Malvinas, el área marina protegida “Namuncurá – Banco Burdwood”, y el denominado “Agujero Azul”, un sector situado frente al Golfo San Jorge, sobre la plataforma y fuera de la zona económica exclusiva de Argentina.